Luego de estar un año disponible únicamente en plataformas digitales, el
disco Hambre tomó forma física en vinilo y CD y salió así la
continuación de El Éxodo, el anterior trabajo de Eté y los Problems.
“Junté mis cosas que ya eran pocas, guardé la ropa, quemé la mayoría”,
son las primeras estrofas de El Éxodo, que como su nombre lo indica, es
un disco en constante movimiento hacia un lugar desconocido, el cual parece
tener un largo camino y futuro incierto. “Yo creo que es mejor, seguir
moviéndome. A dónde voy no sé”, dice la primera canción, “El Incendio”, que
engloba el otro factor que acompaña el álbum de principio a fin y es la
separación del cantante de la banda, Ernesto Tabárez. “Me salvó a mí de mí. De
volverme loco. Yo me separé antes del disco, y se me derrumbó, se me incendió
todo lo que consideraba mi vida”.
La segunda canción, “Aparte”, comienza a denostar más la separación y el
primer sentimiento que tiene ante la misma. De ahí se desprende quizás el orden
primario que tiene en el disco. Tiene un tono de reclamo y un estilo rockero al
igual que la primera. Atraviesa varios estados: la incertidumbre: “¿Dónde vas a
ir?, ¿Dónde vas?”, la nostalgia producto del primer clásico contacto con una ex
pareja: “Yo que soy casi sincero cuando digo que estoy bien, ¿Qué podría
responder?”, el resentimiento: “Estoy siendo bueno para castigarte, estoy tan
aparte del dolor”, el remordimiento: “Cuando pude darme cuenta el verano
terminó, perdí tantas cosas que perdí mis llaves”, y la tristeza: “No hay lugar
al que regresar, no hay hogar”, la cual es acompañada con un tono de voz
melancólico.
El punto de inflexión de la separación se da en “Jordan”, su canción más
popular. “Estaba pensando en nosotros, pensando en nada. ¿Ahora qué hacemos? Si
es que hacemos algo mañana. Pensaba en llamarte mañana, va a haber tormenta”.
Luego el disco utiliza los sonidos para transmitir sensaciones y emociones,
recurso que vuelve a utilizar en Hambre. Se pueden apreciar en temas
como “La Portera”, “El Éxodo”, “Enemigo” y “Número desconocido”, donde la voz
rasposa de Ernesto, esta vez en tono más relajado, se entrelaza con ritmos
lentos y rápidos según avanza la canción y lo que se busca transmitir.
La incertidumbre reaparece en “yo no sé dónde va la Ruta 8”, y más
adelante vuelve el diálogo luego de la separación, esta vez, con mayor
melancolía: “¿cómo estás? sabía que algún día me ibas a llamar. Busqué por
todas partes ahora dónde estás. No sé, no sé”. La primera impresión que me dio
fue que se trataba del primer reencuentro luego de la ruptura, posiblemente
proveniente de la separación de bienes: “pasá, pasá, hoy podés dormir acá”.
Pero el propio Ernesto en una entrevista con La Diaria, dijo que la canción habla
de él, que sin tener un lugar dónde ir, dormía en casa de distintos amigos que
le daban una mano.
Me costó explicar la ubicación de “La Bandera” en el orden del disco, ya
que parece que lo antecede, al tratarse de la fase previa a la separación cuando
aún había ganas de pelear por ella. “Cuidemos este amor, bañémoslo de sangre y
sudor”. Quizás no tenga que ver con un orden cronológico sino en generar
ciertos climas. Luego de la subida que genera “La Bandera” con su ritmo rápido
y rockero, viene la parte más triste y de mayor incertidumbre en “Perdidos en
Rusia” y “Número Desconocido”, donde ya el ritmo y el tono de voz nos bajan del
estado de ánimo eufórico. En la última canción quedan algunas frases reflotando
que encuentran significado en Hambre, en su comienzo y en el final.
“Será eso una luz, caminemos”, es la última frase del disco, El Éxodo,
que culmina en el aparente arribo a ese lugar que se confirma con la primera
canción del siguiente disco: “Fundación”.
“Acá podríamos fundar una nueva ciudad, donde podamos celebrar que todo
terminó”. Basándonos en esta frase podemos concluir que el éxodo era hacia una
nueva vida atravesando los procesos de separación y los subibaja que esta
conlleva hasta que finalmente se supera, se sigue adelante y empieza una nueva
historia. La separación deja de ser el hilo conductor del disco lo que le
permite abordar otros temas y personajes como “Newton” y “Una máquina del
tiempo” en una clara alusión a la película “Back to the future”.
La tercera canción, “Los Eucaliptus”, da a entender que Ernesto emprende
una nueva historia amorosa: “El fuego que construimos, que nos mantiene con
vida, puede durar días, puede durar todo lo que podamos cuidarlo”, frase que ya
ha sido utilizada también con tintes políticos como por la escritora Carolina
Bello. Sin embargo, el autor de la canción ha mencionado en diferentes
entrevistas que es una canción dedicada a la banda, a los asados y el entorno
donde los hacen. La frase anteriormente citada hace referencia a que Los
Problems estuvieron a punto de separarse luego de su gira por Europa pero
siguieron firmes. “Los eucaliptus de al lado cuando pasó la tormenta, soltaron
montañas de leña”, da a entender a que luego de la casi separación, volvieron
más fuertes que nunca.
En “Hombrelobo” aparece otro personaje, esta vez, en forma de animal,
posiblemente responsable de que a partir de Hambre se pidan los bises
con aullidos. Comienza a verse más claramente el entorno del lugar al que se
emprendió el éxodo: verde, con eucaliptus, animales y por lo que dirá la
siguiente canción, con mucha paz. También es una loba el animal representado en
la tapa del disco, transmitiendo el concepto de amamantar, el hambre y el
cuidado de las crías en lo que parece ser un entorno agreste del reino animal.
“Traer agua, juntar leña”, termina diciendo el primer tema, “antes de la luz,
después de la luz”, enganchando con la última frase de El Éxodo recientemente
mencionada.
La tapa tiene conceptos plasmados en varias de las canciones del disco.
Es un monumento de Rómulo y Remo, fundadores de Roma. Recordemos que “Hambre”
también menciona “un imperio humano” y “la sangre en las manos”. Da a entender
una batalla a la antigua, “agarrar la piedra y moldear un filo ideal”.
En el medio del disco aparece la canción que le da nombre y una de las
mejores del álbum. “Al final será el hambre que, nos ponga de pie, nos baje del
árbol”, nuevamente una referencia animal, que también fue utilizada
políticamente por el cantante del grupo en su primer show de la doble fecha en Bluzz
Live el 15 y 16 de noviembre de 2019, haciendo alusión a la vuelta de un
gobierno de derecha el cual nos reuniría en ese lugar de resistencia (Bluzz
Live) para cantar “al final, al final, todo vuelve a cambiar”.
La siguiente canción es la única de la banda que utiliza vientos, y no
cualquiera, sino los de La Vela Puerca y Cuatro Pesos de Propina, que por su
demandada agenda se dificulta su presencia en vivo, a lo que Ernesto suele
pedir al público que los haga a capela.
“Cacería” continúa la narración animal y es acompañada por una caja de
ritmos y teclados que se desprenden de los instrumentos tradicionales de Eté y
los Problems. “La loba tiene hambre, y el lobo chico frío”. Nuevamente aparece
el concepto del cuidado de las crías. La dedicatoria final en el formato físico
de hecho está dedicada a Nina, la hija de Ernesto. “Bienvenida a la
manada”.
Así como “Al menos para vos” irrumpiría el rock tradicional de Los
Problems con vientos, en “Ascensor” aparece una cuerda de tambores, que son a
la vez el hilo conductor de la canción. “Y la lonja del tambor invocando una
moneda, yo sin nada para darles, yo sin nada para dar”, denota que el
protagonista es sorprendido por una cuerda de tambores que avanza sobre la
calle con el sonido ascendente que esta cuerda pronuncia, en lo que es una
actividad característica y casi cotidiana de Montevideo.
Enganchando el final de El Éxodo con el final de Hambre,
se conecta “tu nombre y el mío” de “Número desconocido” con el árbol que
aparece en “Fundación”, “Hambre” y “Bailemos”. Ésta última canción del disco
posee un ritmo nostálgico que me lleva a pensar que hace mayor referencia al
disco anterior. “Debajo de aquel árbol donde escribí tu nombre, y vos que linda
estás, igual no me mirás”, y concluye: “bailar para olvidar”. También reflota
el concepto del disco con un guiño hacia la mitología romana mencionando las
“guirnaldas”, utilizadas para decorar los templos romanos.
El Éxodo al igual que Hambre, fueron premiados como mejor álbum del año
por los Premios Graffiti 2015 y 2019, y es que, además de sus buenas canciones
y composiciones, engloban un concepto global de disco que hasta puede enlazarse
el uno con el otro.