Por Amor Al Arte Revista

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martes, 21 de enero de 2020

El Éxodo hacia la ciudad del Hambre


Luego de estar un año disponible únicamente en plataformas digitales, el disco Hambre tomó forma física en vinilo y CD y salió así la continuación de El Éxodo, el anterior trabajo de Eté y los Problems.

“Junté mis cosas que ya eran pocas, guardé la ropa, quemé la mayoría”, son las primeras estrofas de El Éxodo, que como su nombre lo indica, es un disco en constante movimiento hacia un lugar desconocido, el cual parece tener un largo camino y futuro incierto. “Yo creo que es mejor, seguir moviéndome. A dónde voy no sé”, dice la primera canción, “El Incendio”, que engloba el otro factor que acompaña el álbum de principio a fin y es la separación del cantante de la banda, Ernesto Tabárez. “Me salvó a mí de mí. De volverme loco. Yo me separé antes del disco, y se me derrumbó, se me incendió todo lo que consideraba mi vida”[1].

La segunda canción, “Aparte”, comienza a denostar más la separación y el primer sentimiento que tiene ante la misma. De ahí se desprende quizás el orden primario que tiene en el disco. Tiene un tono de reclamo y un estilo rockero al igual que la primera. Atraviesa varios estados: la incertidumbre: “¿Dónde vas a ir?, ¿Dónde vas?”, la nostalgia producto del primer clásico contacto con una ex pareja: “Yo que soy casi sincero cuando digo que estoy bien, ¿Qué podría responder?”, el resentimiento: “Estoy siendo bueno para castigarte, estoy tan aparte del dolor”, el remordimiento: “Cuando pude darme cuenta el verano terminó, perdí tantas cosas que perdí mis llaves”, y la tristeza: “No hay lugar al que regresar, no hay hogar”, la cual es acompañada con un tono de voz melancólico. 

El punto de inflexión de la separación se da en “Jordan”, su canción más popular. “Estaba pensando en nosotros, pensando en nada. ¿Ahora qué hacemos? Si es que hacemos algo mañana. Pensaba en llamarte mañana, va a haber tormenta”. Luego el disco utiliza los sonidos para transmitir sensaciones y emociones, recurso que vuelve a utilizar en Hambre. Se pueden apreciar en temas como “La Portera”, “El Éxodo”, “Enemigo” y “Número desconocido”, donde la voz rasposa de Ernesto, esta vez en tono más relajado, se entrelaza con ritmos lentos y rápidos según avanza la canción y lo que se busca transmitir. 

La incertidumbre reaparece en “yo no sé dónde va la Ruta 8”, y más adelante vuelve el diálogo luego de la separación, esta vez, con mayor melancolía: “¿cómo estás? sabía que algún día me ibas a llamar. Busqué por todas partes ahora dónde estás. No sé, no sé”. La primera impresión que me dio fue que se trataba del primer reencuentro luego de la ruptura, posiblemente proveniente de la separación de bienes: “pasá, pasá, hoy podés dormir acá”. Pero el propio Ernesto en una entrevista con La Diaria, dijo que la canción habla de él, que sin tener un lugar dónde ir, dormía en casa de distintos amigos que le daban una mano[2]

Me costó explicar la ubicación de “La Bandera” en el orden del disco, ya que parece que lo antecede, al tratarse de la fase previa a la separación cuando aún había ganas de pelear por ella. “Cuidemos este amor, bañémoslo de sangre y sudor”. Quizás no tenga que ver con un orden cronológico sino en generar ciertos climas. Luego de la subida que genera “La Bandera” con su ritmo rápido y rockero, viene la parte más triste y de mayor incertidumbre en “Perdidos en Rusia” y “Número Desconocido”, donde ya el ritmo y el tono de voz nos bajan del estado de ánimo eufórico. En la última canción quedan algunas frases reflotando que encuentran significado en Hambre, en su comienzo y en el final. “Será eso una luz, caminemos”, es la última frase del disco, El Éxodo, que culmina en el aparente arribo a ese lugar que se confirma con la primera canción del siguiente disco: “Fundación”.

“Acá podríamos fundar una nueva ciudad, donde podamos celebrar que todo terminó”. Basándonos en esta frase podemos concluir que el éxodo era hacia una nueva vida atravesando los procesos de separación y los subibaja que esta conlleva hasta que finalmente se supera, se sigue adelante y empieza una nueva historia. La separación deja de ser el hilo conductor del disco lo que le permite abordar otros temas y personajes como “Newton” y “Una máquina del tiempo” en una clara alusión a la película “Back to the future”. 

La tercera canción, “Los Eucaliptus”, da a entender que Ernesto emprende una nueva historia amorosa: “El fuego que construimos, que nos mantiene con vida, puede durar días, puede durar todo lo que podamos cuidarlo”, frase que ya ha sido utilizada también con tintes políticos como por la escritora Carolina Bello. Sin embargo, el autor de la canción ha mencionado en diferentes entrevistas que es una canción dedicada a la banda, a los asados y el entorno donde los hacen. La frase anteriormente citada hace referencia a que Los Problems estuvieron a punto de separarse luego de su gira por Europa pero siguieron firmes. “Los eucaliptus de al lado cuando pasó la tormenta, soltaron montañas de leña”, da a entender a que luego de la casi separación, volvieron más fuertes que nunca.

En “Hombrelobo” aparece otro personaje, esta vez, en forma de animal, posiblemente responsable de que a partir de Hambre se pidan los bises con aullidos. Comienza a verse más claramente el entorno del lugar al que se emprendió el éxodo: verde, con eucaliptus, animales y por lo que dirá la siguiente canción, con mucha paz. También es una loba el animal representado en la tapa del disco, transmitiendo el concepto de amamantar, el hambre y el cuidado de las crías en lo que parece ser un entorno agreste del reino animal. “Traer agua, juntar leña”, termina diciendo el primer tema, “antes de la luz, después de la luz”, enganchando con la última frase de El Éxodo recientemente mencionada. 

La tapa tiene conceptos plasmados en varias de las canciones del disco. Es un monumento de Rómulo y Remo, fundadores de Roma. Recordemos que “Hambre” también menciona “un imperio humano” y “la sangre en las manos”. Da a entender una batalla a la antigua, “agarrar la piedra y moldear un filo ideal”. 

En el medio del disco aparece la canción que le da nombre y una de las mejores del álbum. “Al final será el hambre que, nos ponga de pie, nos baje del árbol”, nuevamente una referencia animal, que también fue utilizada políticamente por el cantante del grupo en su primer show de la doble fecha en Bluzz Live el 15 y 16 de noviembre de 2019, haciendo alusión a la vuelta de un gobierno de derecha el cual nos reuniría en ese lugar de resistencia (Bluzz Live) para cantar “al final, al final, todo vuelve a cambiar”. 

La siguiente canción es la única de la banda que utiliza vientos, y no cualquiera, sino los de La Vela Puerca y Cuatro Pesos de Propina, que por su demandada agenda se dificulta su presencia en vivo, a lo que Ernesto suele pedir al público que los haga a capela.

“Cacería” continúa la narración animal y es acompañada por una caja de ritmos y teclados que se desprenden de los instrumentos tradicionales de Eté y los Problems. “La loba tiene hambre, y el lobo chico frío”. Nuevamente aparece el concepto del cuidado de las crías. La dedicatoria final en el formato físico de hecho está dedicada a Nina, la hija de Ernesto. “Bienvenida a la manada”.  

Así como “Al menos para vos” irrumpiría el rock tradicional de Los Problems con vientos, en “Ascensor” aparece una cuerda de tambores, que son a la vez el hilo conductor de la canción. “Y la lonja del tambor invocando una moneda, yo sin nada para darles, yo sin nada para dar”, denota que el protagonista es sorprendido por una cuerda de tambores que avanza sobre la calle con el sonido ascendente que esta cuerda pronuncia, en lo que es una actividad característica y casi cotidiana de Montevideo. 

Enganchando el final de El Éxodo con el final de Hambre, se conecta “tu nombre y el mío” de “Número desconocido” con el árbol que aparece en “Fundación”, “Hambre” y “Bailemos”. Ésta última canción del disco posee un ritmo nostálgico que me lleva a pensar que hace mayor referencia al disco anterior. “Debajo de aquel árbol donde escribí tu nombre, y vos que linda estás, igual no me mirás”, y concluye: “bailar para olvidar”. También reflota el concepto del disco con un guiño hacia la mitología romana mencionando las “guirnaldas”, utilizadas para decorar los templos romanos. 

El Éxodo al igual que Hambre, fueron premiados como mejor álbum del año por los Premios Graffiti 2015 y 2019, y es que, además de sus buenas canciones y composiciones, engloban un concepto global de disco que hasta puede enlazarse el uno con el otro.