En una canción anterior La Vela había anticipado "ya no quedan rastros pero los habrán, de las personas desaparecidas". Colabore, escrita por el Mandril y Ossie, retoma la temática cuando empiezan a aparecer los rastros y apunta a las "mentes asesinas" que también narraba aquella canción.
A esto hacen referencia en la canción con "saben donde están, van apareciendo, saben dónde van, esquivando el peso del tiempo". La letra fue compuesta luego de que se encontraran los primeros restos de desaparecidos en nuestro país, en predios militares. En noviembre de 2005 se hallaron los restos y en enero del siguiente año con un análisis de ADN se confirmó que pertenecían a Ubagesner Chávez Sosa.
Al poco tiempo fueron hallados los restos de Fernando Miranda, también en predios militares, más precisamente, en el Batallón de Infantería N° 13, lo cual comprobaba que efectivamente había gente que sabía cosas y no las decía. Por eso la canción en su estribillo apunta “colabore para no desaparecer”.
También hace referencia a quienes saben y callan en “por casualidad perdieron el norte, por casualidad se pierden cuando los encuentro”, aludiendo no solo a los que no dicen sino también a los que ocultan.
La última estrofa de la canción, “llorando por hoy ser la carne, mi cañón les va a disparar”, refiere a la búsqueda de justicia por los crímenes cometidos durante la dictadura. A mediados del año en el que sale El Impulso (2007), disco que incluye la canción Colabore, comenzó la campaña del plebiscito para anular parcialmente la ley de caducidad. Se vislumbraba en el horizonte una posibilidad de justicia que alentaba.
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